octubre 20, 2015

Barcelona, mucho gusto


comida en BarcelonaCuando organicé mi viaje a Barcelona para ir a visitar a una amiga, le dije: “yo quiero ir a ver obras de Gaudí y comer, nada más”. Y no me creyó, pensó que exageraba. Con el correr de los días, creo que se fue convenciendo...
Quien tiene abuelos españoles sabe que España es uno de los países con mejor tradición gastronómica del mundo y que no escatiman los muchachos… Todavía recuerdo las mesas navideñas con 3 entradas, 2 platos principales, 3 opciones de acompañamiento, postre y frutas secas y turrones para ver los fuegos artificiales. Creo que es una marca registrada de los abuelos que sufrieron la guerra y vivieron la racionalización de alimentos: las mesas están a tope.

Lo bueno, si mucho, dos veces bueno

Los españoles que no han vivido la guerra también son de buen comer. Se ve que la costumbre se fue pasando de generación en generación, jaja. Las entradas de los restaurantes son generosas, así que conviene preguntar cómo son antes de embarcarse en pedir muchas cosas de entrada más platos principales para cada comensal.
Además, tienen la costumbre de ir de tapeo, es decir, ir de bar en bar tomando y, por ende, comiendo. No existe eso de ir a un bar, charlar 3 horas e irse a su casa. No. 
Así, los grupos de amigos van visitando bares y probando diferentes tapas (un pedacito de tortilla, un poquito de jamón, todo es bueno -y rico-) o pintxos (rodajas de pan con algo rico para comer encima).

Clásicos catalanes

Hay mucho para probar en Barcelona, pero un tour gastronómico no puede dejar de lado clásicos como: frutos de mar (en todas sus variedades), jamón (en todas sus variedades también), tapas, fideuá (similar a la paella pero con fideos, pescado y mariscos), churros y la crema catalana.
pulpitos en La ParadetaEn cuanto a bebidas, los pakis de la playa te van a ofrecer cerveza hasta la muerte y demás podés probar el tinto de verano (vino tinto con limón) o el calimocho (vino tinto con Coca-Cola). No serán ooohhh qué rico, pero ¡hay que probar!

Si de comer pescados y mariscos se trata, recomiendo La Paradeta, un lugar con pocas pretensiones pero una calidad y precio imbatibles, que lo convierten en el elegido de los locales. Se ven pocos guiris en sus sucursales, todavía. Los comercios son, en realidad, pescaderías con mesas para comer ahí. Y son autoservicio. Suele haber fila antes del horario de apertura y, cuando lográs entrar, te venden los pescados o mariscos que elijas, por peso. A tu pedido le cargan la bebida y pasás a la caja. Pagás, tomás la mesa que te asignan, y luego te empiezan a llamar desde la cocina para que vayas retirando lo que fuiste pidiendo. Cero glamour pero todo fresquísimo y aprobado por los paladares locales, que saben de frutos de mar.

El mundo a un paso de distancia


pastelería en BarcelonaEs difícil probar todo lo que BCN tiene para ofrecer, ya que logra concentrar la comida del mundo en una superficie que es la mitad de la ciudad de Buenos Aires. Lo que tengas ganas de comer, en Barcelona lo vas a encontrar. ¿Comida china, árabe, japonesa, vietnamita, argentina, italiana? Pedí, que hay. 
¿Lo peor de todo? Muchas cosas las hacen muy bien. Como tienen tanta buena fama con la comida salada, pensé que lo dulce no era su fuerte. Pero en cualquier lado se puede tomar buen café, excelente pastelería francesa (soy una gran catadora, sé lo que te digo), gran panificación, buenos helados… Saben comer bien, bah. Así que mi idea de ir a comer no era para nada desacertada... Metí museos y shopping para no sentirme culpable, creo yo.
100 Montaditos BarcelonaMis grandes descubrimientos gastronómicos no son quizás cosas características de Catalunya, pero he pasado grandes momentos en los 100 Montaditos (una cadena con sucursales en varios países del mundo) y, aunque no lo puedas creer, en Nostrum, que es una cadena que tiene comida apta para freezar y donde se puede comer por €1 a €4. No será gourmet, pero seguramente algún turista apreciará este dato. Se puede comer ahí o llevar. Y el heladito de €1 es todo lo que necesitás para seguir caminando la ciudad.  


Hablemos de La Boquería

Pongámonos serios. Yo sé que hay que ir, que es un must, que es un símbolo de BCN y bla, bla, bla. Pero te voy a ser totalmente honesta: amo los mercados, aunque sean sucios y desprolijos, y la verdad es que La Boquería me decepcionó un poco. 
Para ser justa, llegué cansada y cerca de la hora de cierre. Pero también es cierto que no vi tanta variedad y que los precios son superiores a cualquier otro mercado. Hay un mercado en cada barrio así que, seguramente a 2 estaciones de metro de tu hotel haya un mercado menos concurrido y con los mismos productos a menor precio. #manejalo

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